Los criadores por ahora están de parabienes con la corriente fluida de exportación de terneros en pie. Ya no son prisioneros solamente del mercado interno, sino que tienen una válvula de escape que ha hecho que el kilo de ternero no valga solamente un dólar, como en otras épocas, sino que se pueda obtener valores de U$S 2,25 el kilo en pie.
El precio en todos los rubros, y en todo el mundo, es el que dinamiza el mercado. Si hay precios, hay inversión, hay producción y entran divisas al país que produce e invierte. Pero, siempre hay un pero; y en muchos casos cuando algo anda bien aparecen agoreros que comienzan a buscar argumentos sutiles para a lo que anda bien ponerle un palo en la rueda.
Creemos que en toda actividad, y lo volvemos a reiterar, la lay de la mayor producción es la meta fundamental de un país que priorice progresar. Sale oro en pie, salen palos en pie, sale lana en pie, sale soja en pie, también arroz y otras producciones que llegan a puerto en pie. Además, en un libre mercado ha entrado carne brasileña y carne paraguaya al consumo.
Es cierto que el valor agregado es mejor, pero también es cierto que el cautiverio es nefasto y nocivo, sino pregúntele a la Argentina que prohibió durante muchos años la exportación de carne vacuna perdiendo miles de millones de dólares en aras de favorecer un supuesto precio al consumo.
La industria de la carne no es solamente importante, sino que es sumamente importante; pero si no hay productores incentivados y hay producciones cautivas, la cosa no camina. No seamos torpes, analicemos los pro y los contra con frialdad e inteligencia. En este caso, cuanto más se aliente a la producción de terneros habrá más kilos de carne producidos -para vender- así como más mano de obra, y mejor industria frigorífica.
Yo sé que para algunos es difícil dejar de mirar el árbol y apreciar el bosque, yo sé que para algunos el vivir en el país del cazador de cangrejos es una realidad cotidiana tirando para abajo al que quiere subir. Pero pienso que lo correcto es medir con la misma vara a los de adentro y los de afuera, porque al país lo mantenemos los que estamos adentro y no los capitales golondrinas.
Ojalá a la industria del ternero no le corten el vuelo con manijas falaces que esconden intenciones oscuras. Por las dudas, abrimos el paraguas.
Miguel Ángel Aldabe / 22.Junio.2018.
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