El Palenque Rural siempre estuvo en contacto con los productores para saber qué piensan o cómo trabajan. Hoy hablamos con Romario Ferreira, y su señora esposa Lourdes Pereira, de la zona de Cerro Chato, en el departamento de Salto. Para llegar al establecimiento se va por Ruta 31, en el kilómetro 124 (que indica Paso Cementerio) se dobla a la derecha, recorriendo unos 35 kilómetros.
Este productor está vendiendo sus haciendas porque al llegar a los 60 años, considera finalizada su actividad en el campo, aunque seguirá viviendo en campaña.
"Llevo 30 años trabajando en el campo. Empecé a trabajar de encargado, después terminé arrendando unos campos y ahora estoy entregando porque la situación es muy brava; para pagar los impuestos y pastoreo suma mucho dinero", comenta don Romario a El Palenque Rural en la feria realizada recientemente en Don Tito. Y agrega, "además el clima no ayudó y hoy se está vendiendo el ganado por mitad de precio; entonces vamos a cortar con esto para no quedar con deudas, y bueno hacemos una olla, como campero nomás, un carretero, un poroto, y ahí nos da para comer dos o tres días".
Ferreira estaba liquidando su ganado en la feria porque dice no poder seguir pagando el pastoreo, ya que no tiene campo propio. "No tengo más campo, y el pastoreo no puedo pagar, y tampoco hay campo con pasto, ¿no?".
En su establecimiento no tiene energía eléctrica, "yo igual me alumbro con un fuego, a lo tropero".
Con la venta de ganado que realizó en la feria, está anunciando su retirada de la actividad en el campo. "Me voy yendo, o ya me fui, ya es la tercera vez que vendo en Don Tito, estoy vendiendo y lo que queda...bueno, vamos a ver", dice con un tono de nostalgia.
Sin embargo, aún en la situación que le obliga a ir dejando las tareas rurales, deja un mensaje positivo para los jóvenes: "Que sigan en el campo, que no aflojen. Yo, bueno, ya llegué...", y remarca que hace más de treinta años trabaja y que con 60 años "ya manejar mucho volumen de ganado y dinero, es preocupación. Uno no duerme tranquilo".
En su zona de Cerro Chato dice don Romario que va quedando poca gente. "Hay estancias que están despobladas, que no tienen casi gente; los campos están casi desatendidos por falta de gente. Se pierden dos o tres vacas, cuatro o cinco terneros por muerte, por abichados... El campo está difícil", afirma.
Le preguntamos qué le diría a un dirigente político, a un gobernante y no dudó: "Lo mismo, que está muy difícil. Hoy por hoy con defender la olla, pagar lo que se debe, somos gauchos".
Con su señora Lourdes criaron tres hijos, "que aprendieron parte de esto, unos andan por ahí trabajando en el campo y otro aprendiendo, y pensando más o menos en seguir".
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