Ya lo hemos mencionado en diversas oportunidades, lo importante que es la producción agropecuaria nacional. También ya lo hemos manifestado hasta el cansancio que, aunque no se reconozca, la producción genuina ofrece fuentes de trabajo en el campo, en el comercio, en las pequeñas industrias. También por supuesto que las grandes firmas y las multinacionales tienen sus "códigos" especiales.
Los reclamos que uno escucha, y que si los analiza, son justos; pero el lobby de castigar al campo es una razón sin razón, porque la carne, la lana, el arroz, el trigo, la soja, el maíz, la miel, la leche, el boniato, la papa, la zanahoria, el nabo, la remolacha, un ají picante, todo sale de la tierra y del campo, y todos son rubros de alimentación para los pobladores de este país y también de otros lugares del mundo con nuestras exportaciones.
Si el pequeño productor desaparece, el país lo siente. Ya verán que el gobierno recibirá, por razones del clima y falta de rentabilidad, unos mil quinientos millones de dólares menos, que no es poca plata.
No se puede ser tan obtuso de no darse cuenta de lo que está pasando en el país con sus pequeños y medianos productores que quizás ganan menos que un asalariado, aunque trabajan de sol a sol.
Con parches no se arregla nada, con acusar o quejarse tampoco; y con creerse los mejores sin reconocer los problemas, menos. Baño de humildad, baño de actividades positivas, son herramientas para mejorar.
Estamos viviendo, como ya lo hemos dicho, una zafra chica y vamos hacia una poszafra larga, porque no hay haciendas gordas y por ende no habrá materia prima para las plantas frigoríficas, aumentando los seguros de paro, los conflictos y también el precio de la carne.
Pensemos y pensemos en la producción nacional, mientras comemos un buen asadito, o un rico choripan; y así degustando esta tradición criolla busquemos las mejores soluciones.
Miguel Ángel Aldabe / 04.Mayo.2018.
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