Saúl Posada / 08.Junio.2018.
Eugenio Pacelli como era su nombre, ocupó durante casi 20 años, el lugar de mayor jerarquía de la Iglesia Católica. Y durante su pontificado, se desata la Segunda Guerra Mundial, contienda que le plantea complejas situaciones, por la magnitud del espectro ideológico -sembrado especialmente en Europa- de hondas controversias.
Como se sabe, escritores y periodistas de diversas nacionalidades, han denunciado a Pío XII su complicidad con el nazi fascismo, al no condenar las atrocidades cometidas por la Alemania de Hitler contra el pueblo judío.
Y señalan que con su silencio y neutralidad en los debates de aquella época, el Papa no reprobó la prédica antisemita desarrollada, como tampoco los campos de exterminio, que pusieron fin a la vida de millones de personas.
En una visión opuesta a este severo enjuiciamiento, se levantan las voces de quienes califican a Pío XII, como el más celoso y clarividente defensor de la libertad, en tiempos en que su concepto estaba en crisis.
Y en esa línea de adhesión a sus postulados, se afirma que en los diecinueve largos años de su pontificado, fue el portavoz de la sensatez y el equilibrio ante un mundo desquiciado.
Al producirse su fallecimiento en 1958, hubo en su memoria una admiración mundial -según se afirma- no alcanzada por ninguna otra figura histórica.
Y en ese marco Eisenhower dijo: -"Hoy el mundo es más pobre por la muerte de Pío XII", mientras que Winston Churchill lo calificó "como la personalidad más grande e importante del planeta"-.
En uno de sus mensajes más controvertidos, Eugenio Pacelli destacó que el peligro de los tiempos modernos no era el liberalismo -como lo fue en el pontificado de Pío IX- sino que el riesgo de nuestros días, es el totalitarismo estatista.
Y ha de recordarse, que Papas como Pío IX y León XIII, restringieron desde el punto de vista doctrinal, los excesos de una libertad desmedidamente entendida, que hacía del individuo, el supremo valor de todas las concepciones filosóficas ó políticas.
De la copiosa literatura elaborada sobre el tema, se aduce que Pío XII debió enfrentar las dictaduras de diversos signos, que ahogaban los justos derechos de las personas, sin perjuicio de otras, que agitando los slogans democráticos, se servían de los mismos para desvirtuarlos.
Y a lo largo de casi 20 años de su pontificado, proclamó su idea cristiana de la libertad dentro del orden, ya que de ella nacen la verdad, la justicia y la paz.
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