Escribe Saúl Posada / 1º.Marzo.2019.
En el elenco de las figuras prominentes, que registra la Historia de la Humanidad, se encuentra la personalidad de Mohandas K. Gandhi, el hombre que predicó empecinadamente y sin claudicaciones, para que su Patria obtuviera unidad e independencia.
Ha de recordarse que en aquellos tiempos, parte del planeta estaba sometido al colonialismo europeo, y en el caso concreto de la India, al Imperio Británico.
La frondosa documentación que existe sobre su vida, indica que la situación económica de su familia, le permitió seguir en Londres, la carrera de las Leyes, y cuando en 1891 regresa a su tierra, entabla una amistad con Dadabhai, estadista, pensador y filósofo. Esta relación fue fundamental para el futuro de Gandhi, al tomar conocimiento sobre los conceptos del separatismo, y su logro por la vía de la no violencia.
En su autobiografía, Gandhi reconoce la importancia de las enseñanzas recibidas, pero confiesa que su decisión de emprender el camino de conquistar la autonomía de su pueblo, respondió a una áspera discriminación racial en la que participó como testigo. Y la misma se reafirma, cuando un día sube a un tren, y el revisor lo obliga a que abandone su departamento, a efectos de que se traslade al furgón del equipaje.
El escritor Pedro Gómez Aparicio, en sus comentarios sobre la vida de este ilustre ciudadano, señala que la misma desde su nacimiento hasta su muerte, está llena de contradicciones, debiendo destacarse que con 12 años de edad, contrajo enlace con una niña que no los había cumplido, ingresando como consecuencia de ello - a una crisis espiritual, que ulteriormente superó-. En el ejercicio de su profesión, viaja a África del Sur, donde comprueba que dec quenas de miles de sus compatriotas, sufren mediante diversas modalidades, una repulsiva segregación racial.
Las armas de Gandhi eran sus convincentes palabras, que resultaban de serenas meditaciones y su lúcida pluma, con la que rendía culto a los grandes principios de la libertad. Y ante sus compatriotas que apelaban a la fuerza, para procurar la emancipación de la India, Gandhi postulaba la no cooperación con el colonialismo, la resistencia pasiva a través de formas originales, y a la desobediencia de las leyes injustas, que desataban la rebelión de los hindúes.
Ha de recordarse, que en todas las instancias de su prolongada contienda, por construir un sistema, en el que el razonamiento prevaleciera sobre las pasiones, proclamaba que no quería encontrar la independencia de la India, entre las ruinas de la Gran Bretaña. Y en defensa de su noble causa - comprendida y valorada por una parte de su pueblo - la paga con un infame precio, cuando un fanático le quita la vida un 30 de enero de 1948.
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