Escribe Saúl Posada / 15.Marzo.2019.
Presumiblemente parte de las actuales generaciones, ignoren uno de los monstruosos crímenes morales, que registra la Historia de la Humanidad.
Y Guernica representa uno de ellos, como consecuencia de la devastadora acción bélica emprendida contra sus habitantes, por decisión personal de un individuo llamado Francisco Franco.
La Guerra Civil Española, que comienza en Julio de 1936, tuvo como conductor a éste señor, quien luego de concluir con el régimen republicano, instaura una dictadura que culmina en 1975 con su fallecimiento.
Los tres años que insumió este doloroso conflicto interno de esa Nación, costó la vida de miles de personas, acompañadas del horror y la violencia, inevitables en confrontaciones de esa naturaleza.
Concuerdan los especialistas versados en el tema, que esta contienda que dividió profundamente a España, se constituyó en un ensayo de la Segunda Guerra Mundial, desatada por Alemania en 1939.
Y como es de conocimiento del lector, el falangismo que lideraba el General Francisco Franco, postulaba un programa ideológico análogo al nazifascismo, por lo que esas corrientes de opinión, no vacilaron en ser aliados en su lucha irreversible contra la democracia.
Como consecuencia de esa coincidencia doctrinaria en materia política, Franco le solicita apoyo a Hitler y Mussolini, quienes acceden al pedido, confiando que en una eventual guerra, España de sumaría a la coalición totalitaria de ambos dictadores.
La referida ayuda militar, estuvo representada por la más moderna tecnología alemana, en la que la famosa legión Cóndor cumplió un decisivo papel, destruyendo en un lapso de cuatro horas al pueblo de Guernica. Y como lógico resultado, su edificación quedó en escombros y más de mil personas perdieron la vida, ante la infame agresión de una potencia extranjera.
Este criminal servicio, como otros de idéntico alcance, no fue retribuido por Franco al estallar la Segunda Guerra Mundial. Y como soporte de su argumento, expresó que el conflicto interno había dañado seriamente a su país, por lo que no tenía otra alternativa que proclamar la neutralidad de España.
Las atrocidades soportadas por esta Nación, influyó profundamente para que Pablo Picasso - a quien se le había encomendado una pintura, para el pabellón español de la Exposición Internacional de París - elaborara un mural de Guernica emocionalmente devastador, como se dijo en referencia al bombardeo sufrido por su gente. Y esa obra del célebre pintor; luego de estar 43 años en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, es trasladada a España cuando se restablece la democracia.
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